El caso de Ángela Díaz, a quien por fin después de meses le entregarán el cuerpo de su madre, es un claro ejemplo del calvario que pasan las familias, reconoce el coordinador del Área Especializada de Atención a Víctimas de Desaparición de Personas de Derechos Humanos, Juan Carlos Benitez, quien insiste en que se tomen en cuenta las señas particulares como los tatuajes, para acelerar las identificaciones.
“Hay una gran cantidad de cuerpos y de segmentos anatómicos que han sido localizados en fosas clandestinas. La Fiscalía obviamente siguiendo los protocolos está solicitándole al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses que se enfoque mucho en el tema de los dictámenes de genética para lograr la plena identificación de las familias. Desde la Comisión de Derechos Humanos hemos estado insistiendo que no es el único método de identificación”.
Ángela había identificado a su madre desde hace dos meses, pero no fue hasta que utilizó sus redes sociales para implorar la ayuda del Gobernador que se visibilizó su caso. (Por Gricelda Torres Zambrano)