En su portada del miércoles 8 de septiembre de 1954, el periódico El Informador, de Guadalajara, publicó un pequeño texto, perdido en la parte media superior de la primera plana, que advierte: “MÉXICO, DF, septiembre 7.- Por primera vez en la historia del Parlamento mexicano, fue encumbrada democráticamente al puesto de diputada federal una mujer: Aurora Jiménez de Palacios, quien hoy protestó su cargo en el cual durará un año, durante la sesión celebrada hoy por la Cámara de Diputados”.
Ese día, Martha Aurora llegó a la Cámara de Diputados en medio de una gran expectación nacional e internacional: los 140 diputados de la 42 Legislatura federal la esperaban en la puerta de Donceles, en el Distrito Federal, junto con los periodistas, ansiosos de conocer a la primera mujer que ocuparía una curul, señala el relato publicado en el libro “Fuerza de Mujer”, editado y prologado en 2016 por Carolina Monroy, quien se desempeñaba entonces como Secretaria General del PRI nacional.
El 16 de enero de 1952 el Territorio Norte de Baja California se convirtió en el Estado Libre y Soberano de Baja California. Como territorio federal sólo tenía derecho a un diputado federal y al convertirse en estado, tuvo derecho a elegir un legislador más. Por ello, en comicios extraordinarios realizados el 4 de julio de 1954, fue electa Jiménez de Palacios, quien tomó protesta del cargo el 7 de septiembre del mismo año, para participar sólo en el último periodo de la XLII Legislatura, que terminó en 1955.
Apenas el sábado 17 de octubre de 1953 se había publicado en el Diario Oficial de la Federación el decreto de reforma al artículo 34 de la Constitución General de la República, promovida por el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines, que atribuyó a las mujeres el derecho a votar y a ser votadas, al reconocerles su cualidad de ciudadanas de la República.
“Entre aplausos, confetis y gritos de apoyo de mujeres y dirigentes de grupos femeniles, Martha Aurora Jiménez abrió las puertas de la Cámara de Diputados a las mujeres mexicanas”, advierte el relato referido.
Su actuación en la Cámara de Diputados, que en ese entonces todavía se ubicaba sobre la Calle Donceles, en la Ciudad de México, fue destacada, pues en un periodo de cuatro meses intervino en tres ocasiones, ante el asombro de sus compañeros diputados y de quien ejercía el control político de la Cámara, el priista, Norberto Trevino Zapata (luego fue gobernador de Tamaulipas 1957-1963) pues se pensaba que por ser la única mujer en el recinto legislativo no se atrevería a intervenir.
En la primera ocasión, pidió la palabra desde su asiento, sin autorización de coordinador de la Cámara, y se opuso terminantemente a la iniciativa presidencial que pedía modificar la penalidad a 50 años de prisión para los delitos de traición a la patria.
Argumentó la diputada Jiménez de Palacios que no era castigando severamente la delincuencia como podía resolverse el problema, sino poniendo mayor atención a los niños, a las mujeres desamparadas y a los campesinos sin trabajo y sin tierra. Al terminar con su razonamiento, muchos de sus compañeros la felicitaron.
En su segunda intervención, durante el Día Internacional de la Mujer, Martha Aurora señaló: “…Subo a la tribuna más alta del pueblo de México con voz emocionada, para decirles a ustedes compañeros diputados, cuánta razón tuvieron en aprobar las reformas constitucionales, para aceptar el derecho del voto a la mujer y concederle los mismos derechos cívicos que a los ciudadanos mexicanos. Porque quienes piensan que la mujer mexicana puede ser instrumento fácil de tendencias fanáticas se equivocan; la mujer obrera, la mujer campesina, con un sentido de solidaridad que solamente se logra en el dolor y en la pobreza, tendrá que estar ineludiblemente con el pueblo”.
En esa ocasión, Martha Aurora dijo que le había correspondido el honor inmerecido de ser la primera mujer en la historia de México en llegar al cargo de diputada federal en el Congreso de la Unión. Y explicó que compartía esa distinción con todas las mujeres del país y también la gran responsabilidad sobre su conducta, al habérseles otorgado la plenitud de derechos políticos.
Tras su participación como diputada, Martha Aurora Jiménez de Palacios regresó a Mexicali, Baja California, donde fue electa síndico municipal. Su labor se vio interrumpida el 15 de abril de 1958 al morir en un accidente aéreo (Por Pedro Mellado Rodríguez / Foto: del libro “Fuerza de Mujer”, editado por el PRI en 2016)