Los lobos de hoy serán los corderos de mañana, y viceversa. Son ciclos que se cumplen inexorablemente. Los que ahora reclaman abusos e irregularidades, muy probablemente serán cuestionados por esas mismas razones en el futuro.
Los poderosos circunstanciales de hoy serán cuestionados por los poderosos circunstanciales de ayer.
Así sucede en el clima de las campañas electorales en marcha -del domingo 4 de abril al miércoles 2 de junio-, en las cuáles se cuestiona la presumible interferencia del poder público de Jalisco, que en forma ilegítima estaría tratando de condicionar o seducir la voluntad popular que se expresará en las urnas el domingo 6 de junio del 2021.
Integrantes del Alianza Va por México, que formaron los partidos PAN-PRI-PRD, para postular candidatos comunes para los comicios de diputados federales, acusaron a las autoridades estatales y municipales surgidas de Movimiento Ciudadano (MC), de estar comprando votos.
Al menos eso es lo que denunció el exgobernador de Jalisco (2001-2007), Francisco Javier Ramírez Acuña, quien compite por la diputación federal en el Distrito 10 que tiene por cabecera Zapopan, según refiere nota publicada por Mural el pasado lunes 19 de abril del 2021.
“Nos preocupa sobremanera que siendo el Gobierno del Estado quien, de una u otra forma, no tomó las precauciones para evitar la escasez de agua potable estén hoy mandando a muchas colonias de la Zona Metropolitana de Guadalajara pipas pintadas de naranja para poder decir quién se las está mandando”, denunció el ex Gobernador de Jalisco.
“Esa es compra de votos y, en su oportunidad, estaremos presentando las denuncias correspondientes”, reclamó.
De acuerdo con lo que establece la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo de Jalisco, la Secretaría General de Gobierno que encabeza Juan Enrique Ibarra Pedroza, sería la responsable de atender los asuntos de política interior e intervenir en las funciones electorales, conforme a las disposiciones de ley, y en este caso, poner atención a los reclamos del exgobernador.
Ibarra Pedroza sabe de quejas electorales, pues es especialista en la materia. Y suma la amarga experiencia que vivió personalmente cuando fue candidato a la gubernatura de Jalisco por una coalición encabezada por el PRD, en los comicios del 2006.
Muchos agravios fueron los que expuso la Coalición por el Bien de Todos, que postuló a Ibarra Pedroza, al demandar la nulidad de los comicios para gobernador, realizados en Jalisco el domingo 2 de julio del 2006, en el escrito que presentó el 13 de julio de ese año ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de Jalisco.
En el Quinto Agravio expresaba: “El Instituto Electoral del Estado de Jalisco se condujo con parcialidad, inequidad e ilegalidad, rompiendo los principios rectores que está obligado a observar como lo son los de equidad, legalidad, certeza, independencia, imparcialidad, y objetividad; dado que (…) fue omiso y permitió la propaganda electoral y los actos de campaña inconstitucionales, así como la intervención de autoridades de primer y segundo nivel del Ejecutivo Federal, Estatal y del Gobierno Municipal de Guadalajara, incumpliendo con sus obligaciones constitucionales”.
Reprochaba al Instituto Electoral que no hubiese ordenado el retiro y la destrucción de la propaganda utilizada durante la guerra de lodo y que tampoco sancionara al PAN por esos abusos cometidos.
En el Sexto Agravio advertía que el PAN había rebasado el tope de campaña para la contienda de Gobernador -su candidato fue Emilio González Márquez-, que fue fijado en 26 millones de pesos, al gastar más de 100 millones de pesos, lo que podría comprobarse con el informe final del monitoreo de medios de la empresa contratada por el Instituto Electoral del Estado, así como con los informes que el Tribunal Electoral de Jalisco podría solicitar directamente a los medios de comunicación.
En el Sexto Agravio señalaba la queja de Ibarra Pedroza, que el PAN sólo disponía de poco más de 16 millones de pesos en prerrogativas entregadas por el Gobierno, para sus campañas electorales en Jalisco, razón por la cual se podría presumir que el albiazul violó la disposición que establece que el dinero privado que pueden recibir los partidos políticos nunca debe ser superior al del financiamiento público.
Argumentaba el entonces candidato de izquierda, en el Octavo Agravio, que también repercutió en Jalisco, a favor del PAN, la campaña de más de 500 mil mensajes de televisión transmitidos por el gobierno del presidente panista Vicente Fox Quesada, a un costo de mil 700 millones de pesos, en los que exhortaba a la gente a seguir por el mismo camino.
E ironía del destino, también acusaba al Gobierno estatal de Francisco Javier Ramírez Acuña de haber realizado una campaña propagandística similar a la de Vicente Fox, así como de apoyar a los candidatos del PAN desviando recursos públicos, en horarios laborales, en instalaciones públicas y presumiblemente entregando información privilegiada.
Advertía que se había desviado recursos públicos del Ayuntamiento de Guadalajara cuando se le pagaron al candidato a la gubernatura, Emilio González Márquez, chofer y ayudantes.
Censuraba la queja de Ibarra Pedroza, en el Noveno Agravio, los efectos que tuvieron en Jalisco las campañas financiadas por las cúpulas empresariales a favor del PAN, de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, y en contra de la Coalición por el Bien de Todos y de Andrés Manuel López Obrador.
Finalmente, criticaba en el Décimo Agravio la violación del Artículo 33 de la Constitución General de la República, al contratar el PAN como asesor a un sujeto identificado con el nombre de Joaquín Pérez Rodríguez, nacido en Cuba y de nacionalidad venezolana, a quien se señala como autor de la guerra sucia contra el PRI.
La Coalición PRD-PT, que postuló como candidato a la Gubernatura a Juan Enrique Ibarra Pedroza, apelaba también a resoluciones del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación para pedir la nulidad de los comicios en Jalisco.
La historia se repite, en ocasiones a la inversa, pero con los mismos actores. (Por Pedro Mellado Rodríguez / Fotos: plataformas de Facebook oficiales de Enrique Ibarra y Francisco Ramírez)