Entre ocho a diez plumas, por lo menos cada tercer día, derriban automovilistas que sin cuidado atraviesan algunos cruceros del tren ligero, particularmente en la Línea 1, reconoce el director operativo de Siteur, Miguel Pizano y recuenta cuáles son los cruceros más conflictivos:
“El de Urdaneta, tenemos el de Santuario de los Mártires, el de España, en fin son básicamente esos tres/ ¿El sur de la ciudad?/ Así es”.
Las plumas se reparan casi de inmediato, según explica, y si bien cuentan con un seguro, el automovilista que las derriba tiene que responder a los daños que causa al Sistema del Tren Ligero. (Por José Luis Jiménez Castro)