La gente tiene razón cuando se queja de la poca calidad política, ética, ideológica e intelectual de la mayoría de los diputados en México, tanto locales y federales, pero en particular muestra singular rechazo por los diputados de representación proporcional, los llamados plurinominales.
La gente reprocha que la mayoría de los legisladores carecen de compromiso social, de la obligada responsabilidad y honradez tanto en el cumplimiento de sus deberes, como en el cuidado de las instituciones y los bienes que les son confiados.
Pero existen razones históricas que explican la existencia de los diputados plurinominales.
Ante la presión de importantes movimientos sociales, como el del magisterio (entre 1956 y 1958), el de los ferrocarrileros (entre 1958 y 1959) y el impacto social y la efervescencia que generó en toda Latinoamérica el triunfo de la revolución cubana (consolidada en su fase armada con el derrocamiento de Fulgencio Batista el 1 de enero de 1959), el gobierno de Adolfo López Mateos (1958-1964) se vio presionado para impulsar reformas electorales que permitieran ampliar la participación de la oposición.
El 22 de junio de 1963 se reformaron los artículos 54 y 63 de la Constitución general de la República para crear una nueva modalidad electoral: los diputados de partido. Se dispuso que cada partido minoritario tendría derecho a cinco diputados en caso de obtener el 2.5%de la votación total captada en las urnas y uno más, hasta llegar a veinte, por cada 0.5% de votación adicional.
En los siguientes diez años, la oposición logró 100 diputados de partido, diez por año en promedio, pero a los partidos de oposición les costaba trabajo hacer el porcentaje mínimo de votación.
Ante esta situación, el presidente Luis Echeverría promovió las reformas constitucionales de 1972 para disminuir el porcentaje de votación que se le exigía a los partidos de oposición como cuota mínima para poder acreditarse sus cinco primeros diputados. El porcentaje bajó de 2.5%a 1.5%.
Al mismo tiempo se aumentaron las diputaciones que podía obtener un partido de oposición, al pasar de 20 a 25 curules.
Los cauces de participación abiertos en 1963 y 1972 no fueron suficientes, pues entre 1970 y 1974 se desarrolló en la Sierra de Guerrero la guerrilla organizada inicialmente a través de la Asociación Cívica Guerrerense, con Genaro Vázquez Rojas al frente y el Partido de los Pobres, que tenía como cabecilla a Lucio Cabañas Barrientos.
Fue en esa época también, el 29 de agosto de 1974, cuando se perpetró en Guadalajara el secuestro del exgobernador y refundador de la Universidad de Guadalajara, en 1925, José Guadalupe Zuno, por las Fuerzas Revolucionarias Armadas del Pueblo, que se identificaban con las siglas FRAP.
También, entre 1973 y 1977, operó en varias regiones del país la célebre Liga Comunista 23 de Septiembre.
Todos estos acontecimientos condicionaron al gobierno para ampliar los cauces de partición democrática, y el martes 6 de diciembre de 1977 se publicó el Diario Oficial de la Federación la reforma constitucional que establece que la Cámara de Diputados se integrará por 300 diputados de mayoría y 100 de representación proporcional. Y el 28 de diciembre de 1977
Se promulga la Ley de Organizaciones Políticas y procesos Electorales
El lunes 15 de diciembre de 1986, durante el Gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988), se publicó en el Diario Oficial una nueva reforma al artículo 52 constitucional, para ampliar el número de diputados de representación proporcional a 200, más los 300 de mayoría relativa.
El 3 de septiembre de 1993 se volvió a modificar la ley federal electoral Para dar cabida a la oposición en el Senado de la República por la vía de la representación proporcional, al establecerse que serían electos dos senadores de mayoría y uno de la primera minoría por cada entidad del país. Esta norma no se había modificado desde el año de 1874, cuando fue instalado por primera vez el Senado de la República en nuestro país.
¿Está agotada esta fórmula? ¿Es necesario disminuir la representación proporcional? Seguramente en los meses por venir -después de los comicios del domingo 6 de junio del 2021- ese será un tema que estará presente en el interés de los mexicanos. (Por Pedro Mellado Rodríguez / Foto: José López Portillo, oficial, presidencia de la República; Jesús Reyes Heroles, oficial, Cámara de Diputados del Congreso de la Unión)