Las afectaciones emocionales por la desaparición de un padre, hermano o tío no solo recaen en los estudiantes; ante el incremento de desapariciones en Jalisco, el magisterio tampoco está exento de vivir estas experiencias. Así lo señala Stephanie Montoya Leal, maestra de preescolar e integrante de la Red de Maestras Feministas de Guadalajara
“La otra fue de mi compañera educadora que también desaparecieron a su hermano.Tiene efectos en los niños, pero también en la docente que se supone tiene a su cargo a los niños y que se tuvo que presentar a trabajar porque no hay algo que te ampare porque tu emoción no es correcta en ese momento, no es la más óptima para ellos”.
La desaparición de un familiar impacta a los docentes no solo en su bienestar personal, sino también en su desempeño en el aula y su capacidad para brindar apoyo emocional a sus alumnos. (Por Priscila Hernández Flores)
