La presidenta Claudia Sheinbaum reactivó la propuesta para reducir de 48 a 40 horas la semana laboral en México, con mesas de diálogo entre junio y julio para construir consenso antes de una eventual reforma constitucional.
Aunque el Gobierno plantea una implementación gradual hasta 2030, empresarios y especialistas advierten que la medida podría afectar la productividad, incrementar costos y complicar la operación de Pymes.
Mientras la iniciativa se perfila como un avance en derechos laborales, voces del sector privado piden primero elevar la productividad y simplificar regulaciones antes de concretar el cambio.
