La tensión entre Irán, Israel y Estados Unidos ha sacudido los mercados energéticos, provocando una baja temporal en los precios del crudo tras el ataque iraní a la base estadounidense en Catar, aunque persiste el riesgo de un repunte.
Especialistas advierten que México, por su alta dependencia de combustibles importados, podría sufrir una presión inflacionaria si suben los precios internacionales del petróleo, afectando la gasolina, el diésel y la cadena productiva.
La inflación anual se ubicó en 4.42 por ciento en mayo, y un alza en energéticos podría agravarlo. La presidenta Claudia Sheinbaum consideró activar subsidios vía IEPS para contener los precios.
Un eventual cierre del estratégico Estrecho de Ormuz generaría un aumento inmediato en los costos del crudo a nivel global.
