Apenas una cuarta parte de los municipios de México cuenta con un Atlas de Riesgos que les permita analizar el peligro y la vulnerabilidad ante desastres, como fue el caso de las intensas lluvias que afectaron cinco estados del país.
De acuerdo con el Centro Nacional de Prevención de Desastres, 629 de las dos mil 478 localidades, poco más del 25 por ciento, tienen dicha herramienta, además la mayoría de estas guías fueron elaboradas hace 14 años o incluso desde principios de este siglo.
El fin de un Atlas de Riesgos es generar mapas y sistemas geográficos de información para simular escenarios de desastres, emitir recomendaciones para la oportuna toma de decisiones y establecer medidas de prevención y mitigación efectivas.
