El Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) reconoció pendientes y omisiones en el caso de Magdalena Pérez López, cuyos restos permanecieron 11 años sin identificar en el Servicio Médico Forense.
El organismo explicó que el cuerpo ingresó en 2014 “en condiciones de calcinamiento y esqueletización”, y que en ese entonces no se realizaban muestras de ADN de forma automática, sino solo a solicitud del Ministerio Público, la cual nunca fue recibida.
Asimismo, señaló que no se integraron los archivos básicos en ese momento. Fue hasta 2021 cuando comenzaron a revisarse los perfiles genéticos, y en 2022 se detectó la coincidencia entre el ADN de la joven y el de su madre. Sin embargo, la familia fue contactada hasta 2025, cuando finalmente se entregaron los restos.
El IJCF aseguró que el caso evidencia la necesidad de reforzar los protocolos de identificación y de mejorar la coordinación interinstitucional para evitar que hechos similares se repitan. (Por Marck Hernández)



