India lanzó misiles hacia zonas bajo control de Pakistán, dejando al menos ocho muertos y más de 30 heridos, lo que intensificó el histórico conflicto entre ambos países.
Pakistán denunció los ataques como un “acto de guerra” y advirtió que responderá con fuerza, luego de que los misiles impactaran incluso en una mezquita.
India justificó su ofensiva al señalar que buscaba neutralizar planes de ataques terroristas.
La ONU expresó su preocupación ante el riesgo de una escalada entre estas potencias nucleares.
Analistas advierten que el conflicto podría desestabilizar aún más el ya tenso escenario geopolítico global.
