Los líderes del G7 se reúnen en las Montañas Rocosas canadienses en una cumbre marcada por la tensión global, con la guerra entre Israel e Irán, el conflicto en Ucrania y amenazas comerciales al centro del debate.
La reciente escalada militar en Medio Oriente y el veto de Donald Trump a un presunto plan israelí para asesinar al ayatola Alí Jamenei han acaparado la atención.
A ello se suma la incertidumbre económica por nuevos aranceles promovidos por Trump.
El anfitrión, Mark Carney, ha optado por no emitir declaración conjunta, reflejo de la falta de consenso.
Líderes de países no miembros, como México, también participan; Claudia Sheinbaum anunció una reunión con Trump para abordar la situación de los migrantes.
