Comprende casi la totalidad de la región conocida como La Ciénaga de Chapala, que se ubica al oriente del lago más grande de México, en el Occidente del país, y es electoralmente el Distrito 15 de Jalisco, con cabecera en La Barca.
La Ciénega de Chapala es un área compartida por los estados de Jalisco y Michoacán y la constituyen los municipios de Jamay, Ocotlán, Poncitlán, Chapala, Jocotepec, Tuxcueca y Tizapán el Alto, en Jalisco; en tanto que pertenecen a ella, por el lado michoacano, las poblaciones de Cojumatlán de Régules, Venustiano Carranza, Briseñas, Jiquilpan, Sahuayo, Venustiano Carranza y Villamar.
En el caso particular del Distrito 15 electoral de Jalisco, incluye los siguientes municipios: Atotonilco el Alto, Ayotlán, Degollado, Jamay, La Barca, Ocotlán, Poncitlán, Tototlán y Zapotlán del Rey. Esta demarcación tiene una Lista Nominal de Electores (LNE), actualizada hasta el domingo 31 de enero del 2021, de 322,899 ciudadanos con credencial para votar.
¿Cuáles son las características económicas, políticas y sociales que definen el perfil de esta región y de este distrito?
“El valor cultural del trabajo labriego honrado se ha desvalorado en la Ciénaga de Chapala, ya que para obtener la tierra, el agua, el crédito y el permiso para la siembra, los campesinos se han tenido que someter a las disposiciones de los grandes productores que controlan el mercado regional. Este sometimiento económico y político, la baja retribución de su trabajo y el paternalismo estatal han generado un campesinado reclamante de prebendas cuya escasez aumenta notoriamente y provoca el desamparo de jornaleros y los niños”, señala un estudio denominado “La Ciénaga de Chapala, Michoacán: cambios y permanencias en la construcción regional”, realizado por los investigadores Pedro Damián Loeza Lara, Rubén Darío Ramírez Sánchez y Mario Alberto Reyes Téllez, de la Universidad de La Ciénega del Estado de Michoacán de Ocampo, publicado en la revista Relaciones, en la primavera del 2015.
Los académicos describen: “Otro fenómeno que se ha presentado en las últimas dos décadas y que ha tenido una incidencia significativa en la dinámica social de la región es la presencia intensiva del narcotráfico, agudizada por la ubicación geográfica limítrofe de Michoacán con el estado de Jalisco y la disputa permanente por el control del territorio entre los cárteles de una u otra demarcación”.
Detalla el estudio: “La presencia de estos grupos ha propiciado que las actividades productivas se vean permeadas por el capital que mueve la narcoeconomía, ya sea a través del financiamiento o la extorsión. En un ambiente generalizado de tensión por la inseguridad y frente a la falta de empleos, esta economía ilícita no es mal percibida por la sociedad, debido a que distribuye ingresos, mediante costos de producción, sobornos, lavado de dinero, aportación a fiestas patronales y deportivas, apoyo a construcción de iglesias, obras de infraestructura social, etcétera, lo cual constituye una articulación social entre la sociedad y el narcotráfico que empieza a solidificarse en una práctica social común en la cultura regional”.
Concluyen los investigadores: “Por todo lo anterior, consideramos que no se puede entender el desarrollo de esta región sin conocer esta red de control político y económico, donde prevalecen intermediarismos de distintos tipos que controlan los recursos naturales y la dirección de los proyectos de modernización ligados a la actividad agropecuaria y al comercio”.
Hay hechos terribles que documentan la fragilidad de la seguridad y de las vidas en esta región, desde hace por lo menos una década. Esta demarcación electoral gravita en torno al eje delictivo y del mal que une a Ocotlán y La Barca, del lado jalisciense, con Vista Hermosa, Michoacán.
Entre la noche del sábado 22 y la madrugada del domingo 23 de diciembre del 2012, varias poblaciones de la ribera de Chapala padecieron enfrentamientos entre pistoleros, que dejaron 20 asesinados y 10 heridos, en menos de 24 horas.
Hubo temor en los Municipios jaliscienses de Atotonilco el Alto, Ayotlán, Chapala, Degollado, Jamay, Jocotepec, La Barca, Ocotlán, Poncitlán, Tizapán el Alto, Tototlán, Tuxcueca y Zapotlán del Rey. Pero el mismo temor se vivió de lado michoacano en Briseñas, Vista Hermosa y Tanhuato.
La gente todavía recuerda con miedo y asombro los 74 cuerpos exhumados de fosas clandestinas en la ribera del Lerma, cerca de La Barca, entre noviembre del 2013 y enero del 2014; la muerte de 11 personas, entre ellos cinco policías federales de la Gendarmería Nacional, agredidos por una banda delictiva en Ocotlán, el 19 de marzo del 2015, y el enfrentamiento en Tanhuato, Michoacán, el viernes 22 de mayo del 2015, en el que fuerzas federales ultimaron a 42 supuestos delincuentes.
El viernes 30 de septiembre del 2016 la Fiscalía General de Jalisco recuperó los cadáveres de 13 personas de las márgenes del Río Lerma, en su desembocadura al Lago de Chapala, a la altura de Jamay.
¿Qué podrían prometer a la gente de esta región los candidatos a diputado -federal y local-, así como los aspirantes a alcaldes? ¿Habrá algo que pueda ilusionar a quienes viven en el Distrito 15, con la posibilidad -aunque remota y esquiva- de que alguien les pueda ayudar a resolver sus problemas? Veremos que rumbo toma el voto en los comicios del próximo domingo 6 de junio del 2021. (Por Pedro Mellado Rodríguez / Gráfico, con información del Instituto Nacional Electoral)