A más de dos meses de iniciada la estrategia federal “Vida Saludable” para eliminar comida chatarra en las escuelas, directivos de planteles en Jalisco admiten complicaciones.
Algunas instituciones pierden a sus prestadores de servicios por la baja rentabilidad y la falta de apoyo de las familias.
Mientras algunas primarias logran adaptarse, otras enfrentan obstáculos por el alto costo de los menús sugeridos y la resistencia de los estudiantes a cambiar sus hábitos alimenticios.
