Los efectos de la desaparición llegan a las aulas y estos se ven reflejados en problemas de concentración o dificultades para aprender. Así le ocurrió a un adolescente que recibió acompañamiento de la psicóloga de la Universidad de Guadalajara, la investigadora, María Antonia Chávez Gutierrez.
“¿En qué condiciones estaba el padre, en qué condiciones estaba la familia? En cuanto se organizaban o se desorganizaban con el dolor por el que estaban pasando y el niño empezó a presentar dificultades escolares y bueno, de nuevo la escuela es la que percibe que algo le está pasando al niño”.
La investigadora señala que es necesario entender que estamos en un escenario violento como las guerras lo que genera que estudiantes de preescolar, primaria y secundaria estén sufriendo las secuelas emocionales que deben atenderse de forma integral. (Por Priscila Hernández Flores)
