El alcalde de Tequila, Diego Rivera, volvió a colocarse en el centro de la polémica, ahora bajo la mira de autoridades estatales y federales, tras intentar clausurar de manera la planta de Tequila Cuervo.
Este martes, el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, confirmó que la medida era inviable tanto jurídica como financieramente, por lo que fue necesaria la intervención de ambos órdenes de gobierno.
Explica que las acciones municipales para sancionar a la empresa incluso representaban un riesgo para la seguridad del personal.
“Exigían unas contribuciones del predial que querían elevar hasta veinte veces más de lo que pagaban anteriormente; que querían cobrar multas y recargos por aproximadamente sesenta millones de pesos… quedó hasta este momento sin efecto”.
Protección Civil del Estado, al intervenir en el sitio, determinó que la clausura repentina planteada por el alcalde implicaba riesgo de explosión en las calderas de cocimiento del agave. (Por Edgar Flores Maciel)



