Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, anunció que la organización seguirá siendo controlada por su consejo sin fines de lucro, descartando un plan para transformarse en una empresa totalmente lucrativa, pese a la presión de inversionistas.
La decisión busca equilibrar el desarrollo responsable de la inteligencia artificial con la sostenibilidad económica.
Aunque su rama comercial podrá generar beneficios, seguirá bajo supervisión del consejo original.
La medida responde a preocupaciones sobre la seguridad y ética de la IA, en medio del creciente protagonismo global de la compañía.
