Entre enero y abril, las remesas hacia México sumaron 19 mil 015 millones de dólares, una disminución de 2.5 por ciento respecto al mismo periodo de 2024, según Banxico, en lo que representa la mayor caída en más de una década.
El retroceso coincide con un entorno de mayor presión migratoria en Estados Unidos y el temor de los trabajadores a ser deportados, lo que ha reducido tanto el monto como la frecuencia de los envíos.
Especialistas advierten impactos severos en estados altamente dependientes de estas transferencias como Chiapas, Michoacán y Zacatecas, mientras se teme una caída en el consumo y la reaparición de canales informales para el envío de dinero.
