Naciones Unidas reportó que al menos 798 personas murieron en la Franja de Gaza entre el 27 de mayo y el 7 de julio mientras intentaban obtener ayuda humanitaria.
En su mayoría, las víctimas fallecieron por heridas de bala cerca de centros de distribución de la Fundación Humanitaria para Gaza, respaldada por Estados Unidos e Israel.
Estos centros comenzaron operaciones tras un bloqueo de más de dos meses impuesto por Israel, pero organizaciones internacionales se han negado a colaborar, al acusarlos de violar principios humanitarios y servir a fines militares.
La fundación niega que sus sitios hayan sido escenario de los incidentes.
