Los casi 200 países reunidos en la COP30 de Belém aprobaron un documento que evita fijar una hoja de ruta para abandonar los combustibles fósiles, pese a que más de 80 naciones exigían ese compromiso.
La primera cumbre climática realizada en la Amazonía enfrentó la resistencia de países productores de petróleo y economías emergentes, por lo que el acuerdo solo plantea acelerar la acción climática de manera voluntaria.
Tras dos semanas de negociaciones, el texto fue adoptado por consenso.
La presidencia de la COP30 se comprometió a presentar posteriormente una ruta para la transición fuera de las energías fósiles.


