A un mes de la explosión de una pipa de gas en Iztapalapa, la Fiscalía de la Ciudad de México concluyó que la empresa dueña del vehículo incurrió en omisiones graves de seguridad.
La dependencia reveló que el chofer de la unidad manejó 16 horas en un día, sin examen médico previo ni capacitación, y superó el límite de velocidad en tres ocasiones antes del accidente.
La fiscal Bertha Alcalde advirtió que, si no hay acuerdo con las víctimas, la compañía será imputada por homicidio, lesiones y daños culposos.
El siniestro, ocurrido el pasado 10 de septiembre, dejó 31 muertos, 59 heridos y 52 vehículos dañados.
