“Appetite for Destruction” (1987) de Guns N’ Roses es un ícono del hard rock y el heavy metal.
Con un sonido crudo y energético, combina riffs potentes, solos virtuosos y la voz rasposa de Axl Rose.
Canciones como “Sweet Child O’ Mine”, “Welcome to the Jungle” y “Paradise City” se convirtieron en himnos generacionales.
El álbum refleja la actitud rebelde y hedonista de la banda, con letras sobre caos, sexo y excesos.
Aunque polémico en su momento, su impacto fue monumental, vendiendo millones de copias y definiendo el rock de los 80.
Una obra maestra atemporal que captura la esencia salvaje del rock and roll.
