Billie Holiday, nacida como Eleanora Fagan, fue una de las voces más influyentes del jazz y el blues en Estados Unidos.
Criada en un entorno difícil en Baltimore y Nueva York, comenzó a cantar en clubes nocturnos durante su adolescencia.
Su estilo vocal, cargado de emoción y fraseo único, la convirtió en una intérprete incomparable.
Trabajó con leyendas como Lester Young, quien la apodó “Lady Day”.
En 1939, su interpretación de “Strange Fruit”, sobre los linchamientos racistas en el sur de Estados Unidos, la consolidó como una figura poderosa y valiente. A pesar de su éxito, enfrentó adicciones y persecuciones que marcaron su vida.
Murió el 17 de julio de 1959 a los 44 años, dejando un legado inmortal en la música.
