Su asesinato puso nuevamente en la palestra nacional la crisis de violencia e inseguridad en la que viven productores y agricultores de Michoacán, víctimas constantes de amenazas, extorsiones y agresiones. El asesinato del líder limonero en Apatzingán, Bernardo Bravo, obliga a revisar la estrategia de seguridad implementada en ese punto del país. (Por Ricardo Camarena)




