La OCDE ajustó a la baja su proyección de crecimiento para México y anticipa una desaceleración mayor a la prevista en septiembre: el PIB crecería 0.7 por ciento en 2025 y 1.2 por ciento en 2026, frente al 0.8 por ciento y 1.3 por ciento anteriores.
El organismo atribuye la moderación a un menor dinamismo del consumo privado, la desaceleración del empleo formal, la debilidad de las exportaciones automotrices y la caída de la inversión privada por la incertidumbre derivada de la guerra comercial impulsada por Estados Unidos.
También prevé que la consolidación fiscal limite el gasto público y que la recuperación de la inversión sea lenta pese a menores tasas de interés.
La OCDE recomendó fortalecer el marco fiscal, mejorar la recaudación y digitalizar la administración tributaria.
Señaló que la revisión del T-MEC en 2026 será clave para reducir incertidumbre y reactivar la inversión.



