Pablo Aguilar es uno de los 20 calandrieros que ahora esperan paseantes a las afueras del Templo de Nuestra Señora de La Merced, en el corazón de Guadalajara, consecuencia del cierre de Plaza Liberación por obras. Pablo explica que, los seis u ocho meses que duren las obras en el primer cuadro, tendrán que soportar las consecuencias.
“Pues estamos amontonados y estamos trabajando como se pueda. —¿La gente sí los busca? —Viene la gente y anda paseando por todo el centro, estamos frente a Catedral, no hay problema de eso. —O sea, ¿sí los están viendo? —Sí, claro. —¿Cómo ves las obras en el primer cuadro? ¿Sí eran necesarias? ¿Quedarán bien? —Yo creo que sí son necesarias porque tengo entendido que son para el evento del Mundial”.
Los calandrieros de la zona centro de Guadalajara desconocen cuántos meses podrán durar los cierres en las plazas públicas. (Por Gustavo Cárdenas)
