El gobierno ruso añadió a Human Rights Watch a su lista de organizaciones “indeseables”, lo que en la práctica impide al organismo trabajar dentro del país.
Aunque Moscú no explicó la decisión, la agrupación recordó que sus oficinas en Rusia ya habían sido cerradas en 2022.
Asimismo, afirmó que la medida era previsible y que operará a distancia para documentar abusos y denunciar la represión contra la sociedad civil, así como presuntos crímenes en Ucrania.



