La Conferencia del Episcopado Mexicano advirtió, durante su CXIX Asamblea Plenaria, que la violencia se ha vuelto parte de la vida diaria del país y que persisten regiones bajo control del crimen organizado, con asesinatos, desapariciones y desplazamientos forzados.
Los obispos señalaron que los discursos oficiales no reflejan la realidad que viven millones de familias afectadas por la inseguridad, pobreza e impunidad, y lamentaron que incluso sacerdotes y agentes pastorales hayan sido víctimas de amenazas y homicidios.
Al llamar a la unidad y al diálogo para enfrentar lo que calificaron como “tiempos difíciles”, enfatizaron que la Iglesia no puede permanecer indiferente cuando está en juego la dignidad de las personas.


