Nicolas Sarkozy se convirtió en el primer expresidente de Francia encarcelado desde 1945, tras ingresar a la prisión de La Santé, en París, para cumplir una pena de cinco años por asociación ilícita y financiamiento ilegal de su campaña electoral de 2007.
La sentencia, dictada en septiembre, fue ejecutada pese a que su apelación aún está pendiente, lo que ha generado controversia.
Su esposa, Carla Bruni, y decenas de simpatizantes lo despidieron entre gritos de apoyo.
