La defensora de los derechos universitarios de la UdeG, Érika Loyo, niega que se haya realizado un desalojo violento de los estudiantes que ayer se manifestaron para exigir entre otras cosas, que se cancele la renovación del Consejo General Universitario.
“Había muchos trabajadores que decían calma, calma, calma, háganse para atrás por favor, por favor, hasta que alguien aventó una botella de agua a la cabeza de un trabajador y que otro recibió un golpe. Diría que era una agresión, que nunca fue ordenada y que tuvo que ver con el control de la puerta”.
Érika Loyo reitera que no fue un desalojo, sino un encontronazo entre trabajadores que pretendían abandonar el edificio y estudiantes así como encapuchados, por el control de las puertas. Los jóvenes pretendían un plantón indefinido con el dominio del acceso. (Por Gricelda Torres Zambrano)
